La organización Mundial del Comercio (OMC) espera un crecimiento mundial del volumen del comercio de bienes del 3% en 2022, frente a su anterior previsión del 4,7% y del 3,4% para 2023. Sin embargo, las estimaciones son menos seguras de lo habitual debido a la dinámica de la guerra entre Ucrania y Rusia.
Además, la OMC estima un crecimiento de las importaciones del 3,9% en América del Norte; del 4,8% en América del Sur; del 3,7% en Europa; del -12,0% en la CEI; del 2,5% en África; del 11,7% en Medio Oriente y del 2,0% en Asia.
La repercusión económica más inmediata de la crisis ha sido un fuerte incremento de los precios de los commodities. A pesar de su pequeña participación en el comercio y la producción mundial, Rusia y Ucrania son proveedores clave de productos esenciales, como alimentos, energía y fertilizantes, cuyo suministro se ve ahora amenazado por la guerra. Los envíos de cereales a través de los puertos del Mar Negro ya se han interrumpido, con consecuencias negativas para la seguridad alimentaria de los países con mayor tasa de pobreza.
La guerra no es el único factor que pesa sobre el comercio mundial en este momento. Los bloqueos en China para evitar la propagación del COVID-19 están volviendo a perturbar el comercio marítimo, en un momento en que las presiones de la cadena de suministro parecían estar disminuyendo. Esto podría provocar una nueva escasez de insumos para la fabricación y una mayor inflación.
Con pocos datos concretos sobre el impacto económico del conflicto, los economistas de la OMC han tenido que recurrir a simulaciones para generar hipótesis razonables sobre el crecimiento del PIB en 2022 y 2023. Las estimaciones actuales, basadas en el Modelo de Comercio Global de la OMC, recogen el impacto directo de la guerra en Ucrania, incluida la destrucción de infraestructuras y el aumento de los costos comerciales, además del impacto de las sanciones a Rusia, incluido el bloqueo de los bancos rusos del sistema de liquidación SWIFT; y la reducción de la demanda agregada en el resto del mundo, debido a la caída de la confianza de las empresas y de los consumidores y al aumento de la incertidumbre.
Con estos supuestos, se espera que el PIB mundial a tipos de cambio de mercado crezca un 2,8% en 2022, lo que supone una disminución de 1,3 puntos porcentuales respecto a la previsión anterior del 4,1%. El crecimiento debería repuntar hasta el 3,2% en 2023, cerca de la tasa media del 3,0% entre 2010 y 2019. Se espera que la producción en la región de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) -que excluye a Ucrania- experimente una fuerte caída del 7,9%, lo que llevará a una contracción del 12,0% en las importaciones de la región.
Teniendo en cuenta las hipótesis actuales sobre el PIB, el crecimiento del volumen del comercio de bienes en 2022 podría ser tan bajo como el 0,5% o tan alto como el 5,5%. Estas previsiones se actualizarán en octubre, pero podría publicarse una revisión anterior si los datos entrantes lo justifican.
Exportaciones e importaciones
En el año 2021 se produjo un fuerte repunte de los volúmenes de comercio tras la caída inducida por la pandemia de 2020, pero el crecimiento podría haber sido mayor si no hubiera habido olas recurrentes de COVID-19 durante el año. Todas las regiones tuvieron un crecimiento de las exportaciones inferior a la media mundial del 9,8%, excepto Asia, que vio aumentar sus exportaciones en un 13,8%. La situación se invirtió en el lado de las importaciones, donde Norteamérica, Sudamérica, la CEI y Asia registraron un crecimiento superior a la media.
La previsión prevé para 2022 un crecimiento del volumen de las exportaciones del 3,4% en América del Norte; del -0,3% en América del Sur; del 2,9% en Europa, del 4,9% en la CEI; del 1,4% en África; del 11,0% en Medio Oriente y del 2,0% para Asia.
Los PMA deberían ver aumentar sus volúmenes de exportación e importación en un 3,5% y un 6,6% respectivamente en 2022. A excepción de Medio Oriente, todas las regiones han visto revisadas a la baja las previsiones para 2023. Los costos del comercio deberían aumentar a corto plazo como consecuencia de las sanciones, las restricciones a la exportación, los costos de la energía y las interrupciones del transporte debido al COVID-19.
Por MundoMarítimo
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